En el sur de Buenos Aires, un niño boliviano de 11 años vive una auténtica pesadilla mientras ruega a diario a su madre que no lo envíe al colegio, con lágrimas en los ojos, buscando evitar una y otra vez una situación que se torna cada vez más violenta para él.
«Mi hijo tiene 11 años y está en sexto grado, pero esto comenzó hace dos años, cuando tenía 9», relató la madre del menor al medio argentino Crónica. La mujer explicó que su hijo enfrenta un grave caso de bullying en la Escuela Secundaria 12, donde sus compañeros de la misma edad lo discriminan por ser boliviano y lo agreden físicamente.
«Lo insultan llamándolo negro, boliviano de m…, y usan palabras terribles que un niño de su edad no debería escuchar. Ya no quiere asistir a la escuela, mientras los otros niños continúan acosándolo», lamentó.
La madre expresó su desesperación ante el maltrato constante y la falta de respuesta por parte de las autoridades escolares, quienes hasta ahora no han logrado prevenir los ataques. Estos comenzaron con insultos y amenazas, pero han evolucionado hacia golpizas y situaciones cada vez más violentas, llegando al punto de requerir atención médica en más de una ocasión.
Por este motivo, la madre teme que la vida de su hijo esté en peligro durante sus días en la escuela. En el último episodio que sufrió, le propinaron golpes que le fracturaron el tabique nasal, pero esta no ha sido la única vez que ha resultado herido.
«El año pasado le clavaron un lápiz en la mano», recordó sobre otro incidente ocurrido en pleno salón de clases, donde en lugar de concentrarse en aprender, debe estar constantemente en guardia para defenderse.
Ante estas circunstancias, un grupo de padres solicitó una reunión con las autoridades para abordar el problema; sin embargo, estas medidas resultaron insuficientes y la situación ha empeorado con el tiempo, en lugar de mejorar desde entonces.