Papelón. Apenas siete minutos se jugaron entre Brasil y Argentina por las Clasificatorias y el partido luego fue detenido. Autoridades sanitarias de Sao Paulo detuvieron el encuentro. Bochornoso.
Llegaron al estadio para sacar a los jugadores de la Albiceleste que militan en la Premier. Los acusan de infringir las normas sanitarias para entrar al país. Un escándalo y no se jugó más.
Entre tanto lío, casi se van a los golpes unos futbolistas trasandinos con autoridades. Luego Argentina se retiró del campo y todo quedó en el aire.
Lionel Messi volvió al campo con un peto de fotógrafo para hablar con Neymar, Tite y Casemiro. El capitán de la «Albiceleste» fue claro en ese diálogo. «Nos vamos», lanzó el nuevo fichaje del PSG. «Hace tres días que estábamos acá, nos estaban esperando.
Avisaban y listo», disparó. Lionel Scaloni también estaba molesto.»¿Por qué no fueron a buscarlos al hotel», reclamó. Y agregó: «Estamos hace tres días acá, los habían dejado entrenar».
Mientras la postura de la autoridad sanitaria local fue contundente. «Son cuatro jugadores que cuando llegan a territorio nacional, presentan la declaración sanitaria del viajero. En este documento no decía que pasaron por uno de los tres países que están restringidos, precisamente para contener la pandemia.
Pero luego resultó que pasaron por el Reino Unido», sostuvo el director y presidente de la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (Anvisa), Antonio Barra, a Globoesporte. «Fue encontrado entre anoche y hoy.
Llegamos a este punto porque todo lo que indicó Anvisa, desde el primer momento, no se cumplió. Se les ordenó que permanecieran aislados en espera de la deportación. Pero no se cumplió. Se trasladan al estadio, entran a la cancha, hay una secuencia de incumplimientos», añadió. El partido fue un escándalo y terminó con la suspensión.
